¡A-i-nooo!

por **NekoNya!** Dom Mar 14, 2010 11:45 pm

¡A-i-nooo!

Érase una vez, una pequeña familia que vivía en una casita colorida y pintoresca, los padres eran una mamá ama de casa y cocinera de una tienda de tartas y donas, Y un padre amable que vendía celulares de marca en un negocio de celulares, sus hijos eran dos, el mayor era Tommy, un pequeño niño de 10 años, quién se caracterizaba por llevar consigo una gorra de color azul y un reloj de colores fosforescentes, y, la pequeña hija menor, Aino, apodada por sus conocidos como Ayn, una niñita de 6 años, a quien le fascina colorear con crayones, jugar con plastilina y armar todo tipo de cosas con sus cubitos de colores, la caracterizaba su peinado, tenía dos pequeñas colitas a los dos lados de su cabeza y caía sobre su nuca su corto pelo de color castaño claro. Esa mañana, Tommy y Aino debían ir juntos a la escuela caminando, como siempre lo hacían.
Pearle, la madre de ambos pequeñitos, despidió a cada uno con un beso en la frente, luego de ponerles la mochila en los hombros de ambos, -Que les vaya bien, pequeñitos, y, Tommy, cuida bien de Ayn, tu eres su hermano mayor y debes protegerla- Ordenaba gentil la joven señora, -Si, mamá- Respondió el niño de ojos azules y cabello color café, Tommy tomó la mano de su hermana pequeña y juntos, ambos salieron de la casa, la mamá, Pearle, los miraba alejarse desde la entrada, Tommy caminaba atento mirando al frente, y la pequeña Aino miraba a su hermano con curiosidad, cruzaron las calles hasta llegar a la escuela.
Cerca de la entrada del colegio se encontraba Edward, mejor conocido como Ned, era un niño de 11 años cuyo mejor amigo era Tommy, Ned se acercó con prisa hacia su amigo, -Hola Tommy, no creerás jamás esto, pero, me encontré un sapo cerca del árbol del jardín, podemos jugar con él y llevárnoslo- Avisó el niño de cabello negro y ojos de color aguamarina, los ojos de aquel niño clavaron su mirada hacia la pequeña infante, -Tommy, ¿Quien es ella?- Preguntó, indirectamente, -¿Eh?, Oh, ella es Aino, mi hermana menor, tu solo dile Ayn, como todos los demás- Explicó el travieso de ojos de color del cielo, Aino observó con curiosidad a Ned, -Um... Hola Ayn, soy Ned, el mejor amigo de tu asqueroso hermano- Se presentó aquel niño, riéndose y mirando a la hermana de su amigo, ambos niños se abrazaron y Ayn quedó mirándolos, la niña desprendió una linda sonrisa, -¡Yuu!, ustedes son tal para cual- Se rió Aino, sus ojitos de color verde deslumbraron por un instante, los tres niños entraron así a la escuela, y en el pasillo, Tommy y Aino se separaron, la pequeña entró a su salón de primer grado, colgó su mochila en la parte trasera de su silla y se sentó al lado de su mejor amiga, la maestra se paró en ese instante.
La señorita de Aino era una joven de unos veinte o treinta años, gordita, de cabello del color de la madera y piel morena, llevaba puesto un guardapolvo de a cuadros, -Buenos días, alumnos, hoy leeremos un cuento, aquí tengo una caja llena de pequeños y cortos libros de cuentos para que lean ustedes, por favor párense y tómenlos, y cuando terminen de leer un cuento, déjenlo aquí y saquen otro que no hayan leído- Explicó la señorita, poniendo sus manos a los costados de la caja de zapatos llena de libritos, los niños hicieron una fila y comenzaron a sacar cuentos, a sentarse en sus lugares y a leerlos, Ayn tomó un libro pequeño como todos y se sentó en su pupitre, al sentarse leyó el título en la tapa, "La bella y la bestia", decía, la niña hojeó el libro lentamente, leyéndolo con atención, mientras Jeanne, su mejor amiga, se paraba cada cinco minutos a buscar un nuevo libro, ya que, aquella niña, leía mucho y le gustaba también, sus anteojos lo decían todo sobre ella.
El día de clases pasó rápido, como Ayn era apenas una pequeña infante, todo era fácil para ella, regresó a casa con su hermano Tommy y con Ned, en el camino, ella escuchaba de lo que su hermano y el amigo de su hermano conversaban, -Vaya, es genial que pueda llevarme un sapo a casa- Dijo Ned, abriendo una caja de cartón con agujeros y mirando a su nuevo sapo, -Si, es mejor que te lo lleves tú, mamá me mataría si me vé con eso- Explicó el hermano de Aino, -Mis padres perdieron sus trabajos y muero de hambre, además de vivir en una pobre casa, tengo que pasar por esto- Se desilusionó el niño, poniéndose cabizbaja, una parte de aquel chico le decía a los demás que sufría, su cabello disparatado y negro, sus ropas oscuras y rotas y su triste mirada anunciaban que aquel muchachito vivía en la miseria, cuando en realidad solo era un ángel con mala suerte, Tommy decidió no ir a casa luego de la escuela y quedarse un rato en el "Comedero del tío Jamison", un comedero muy conocido en el barrio de Ned al cual este siempre visitaba, los dos pequeños amigos hablaban más y más de sus nuevos experimentos, ideas y aventuras para divertirse, Tommy comía galletitas de chocolate, asentía a las sugerencias de su amigo y sugería nuevas cosas, Ned miraba atento a Tommy, su rostro decía si le agradaba la respuesta de este o no, y una que otra vez daba un vistazo a Ayn, la pequeña niña estaba sentada en una mesa junto a los niños, mirando a cada uno y escuchándolos atentamente.